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El Fantasma del Balneario Imprimir E-Mail
Escrito por Administrator   
domingo, 19 de noviembre de 2006

El Fantasma del Balneario

FANTASMAS

Por: Pedro Amorós.- ( Investigador TCI y presidente S.E.I.P.)

 

      

        La noche envolvía el lugar, como si de una sábana misteriosa se tratase. Las copas secas de los viejos árboles, mecidas por el viento  chocaban entre si, produciendo un sonido fantasmal que sobrecogía a los intrusos. Era entonces, cuando contaba la leyenda que se aparecía un fantasma,  el fantasma del Preventorio.

 

 

         Psicofonías, esas misteriosas voces arrancadas al silencio de entre los muros de las antiguas mansiones que celosamente mantienen en enigmático secreto para el visitante. Y  en efecto ese era mi propósito cuando accedí por primera vez al antiguo y abandonado Preventorio Nacional Antituberculoso de Aguas de Busot.

        Tras documentarme en la medida de lo posible  sobre la historia del lugar y  sus leyendas, decidí preparar mi equipo y emprender lo que sería una investigación psicofónica, seguida de una interminable aventura entre luces y sombras. Tras un largo recorrido por algunas carreteras al fin, llegue al pequeño pueblo de montaña, destino de mi viaje y me adentre a través de tortuosos caminos en  busca del llamada valle de Aguas. Una vez allí, detuve mi vehículo con el motor en marcha y apoyado en el volante, observé fijamente aquella enorme y lúgubre mansión entristecida por el olvido y susurrante al viento de curiosas historias que allí quedaron enterradas.

        Bajé del coche, un escalofrío recorrió mi cuerpo. He de confesar que pocas veces he pasado miedo, pero en este caso ... estoy seguro de que la casa me estaba observando y sabía concretamente cuales eran mis intenciones. Mientras caía la tarde, encendí una pipa y fumando recordaba lo que tiempo atrás pudo haber en aquel lugar.

        Todavía podía escuchar como el viento recordaba susurrante, entre  el silencio de la montaña, los alegres alborotos y griteríos de los niños que antaño jugaban y vivían en aquel lugar.

El sol se oculta tras la montaña, la temperatura del lugar comienza a descender bruscamente y el valle se llena de sombras que hacen como si las ventanas de la mansión se abriesen para dejar entrar la luz de la noche.

La niebla hacía aparición suave y delicadamente cubriéndolo todo con un fino halo de frescura y a la vez de misterio. La noche, caía repentina dejando todo el valle en penumbra. Las campanas de la aldea cercana, rompían el silencio  cortando el viento sibilante entre los árboles que antaño vigilaban el camino, y que ahora viejos y solitarios agradecen la visita del investigador que con su linterna, baña de luz sus ramas, descubriendo sus  enigmáticos compañeros nocturnos que dejan brillar sus enormes ojos para delatar su presencia.

 

El frío calaba mis huesos, y poco a poco arropaba mi abrigo mientras lo apretaba con fuerza sobre mi cuerpo. Parado y solitario, frente a un enorme árbol movía mi linterna intentando descubrir los fantasmales culpables de la leyenda del fantasma ¿ Quizás las aves nocturnas?  o...¿Quizás el crujir de las maderas de la enorme mansión?

 

          Bajé mi linterna y cruzando el tétrico jardín que hay delante de la entrada, lentamente fui acercándome hacia la puerta. Cuando estuve frente a ella, miré a un lado y a otro, como queriendo encontrar la solución sin cruzar el umbral que me separaba entre  la realidad y el misterioso mundo de lo oculto. Y mientras, recordaba las historias que se contaban del fantasma que se aparece entre  sus muros.

 

          Cuando éste lugar todavía  conservaba su mobiliario, en la parte central del mismo, lo que sería el hall de la casa, había una preciosa escalera de dos brazos que acompañaba a subir a las estancias superiores. Justo en el primer rellano y bajo una enorme ventana había un gran espejo empotrado en la pared. Dicen que cuando alguien subía a solas durante la noche, por esta escalera y daba la espalda al espejo, podía en ocasiones escuchar gritos, lamentos y llantos de los niños que murieron en este antiguo hospital infantil antituberculoso y que por causas desconocidas sus almas quedaron permanentemente ¡ tras el espejo!. Y cuando lentamente se daba la vuelta esperando encontrar el origen de esas voces, reflejada en el espejo, podía ver la fantasmal figura de una mujer de blanco que sonreía y lloraba al mismo tiempo, mientras flotaba detrás de los muros de la mansión.

 

          Aquel espejo desapareció, alguien se llevó la maldición con él y desde entonces, el fantasma de la mujer que guardaba los misterios del lugar, quedó libré y... hoy mora por la mansión esperando encontrar a alguien para sonreír o para llorar. Según cuentan algunos, dicen que cuando sonríe nada malo puede ocurrir, pero cuando llora se avecina la muerte de quién la observa o de alguien muy cercano.

 

 

 

Una Historia Sobrecogedora

          Hace algún tiempo, una noche mientras estaba en mi despacho repasando unos informes, sonó el timbre insistentemente. Acudí a abrir la puerta y entró un conocido mío que había trabajado en la construcción de mi casa. Llorando, con la cara desencajada y los ojos desorbitados, me decía sin cesar: “¡ La he visto,  Pedro!, ¡ La he visto!, ¡ La he visto! ... ”

 

          Tras tranquilizarle y ofrecerle un vaso de agua, me percaté que estaba bajo los efectos de un tremendo shock nervioso. Una vez se hubo calmado me contó que había ido a aquel  hospital con su chica, para estar un rato juntos y pasar unos momentos íntimos. Mientras se encontraban abrazados, sintieron una presencia tras su espalda. El muchacho, se volvió lentamente y a un metro de distancia, flotando en el aire pudieron ver a una señora de blanco que les miraba fijamente. Sin mediar palabra ni hacer movimiento alguno, vieron como  el fantasma se alejaba y desaparecía en la escalera donde antes se encontraba el misterioso espejo, dejando una estela de frío.

 

          Miré por la puerta de mi casa, todavía abierta y vi como en su ciclomotor , encogida por el miedo y por el frío, se encontraba la chica que le había acompañado y había sido partícipe de la experiencia fantasmal. Me acerqué a ella y sus ojos me miraban pero no estoy seguro de si realmente me veían.

 

 

 

          Este caso, es uno más de los que se cuentan sobre este lugar.

 

 

 

Un fantasma en la escalera

          Ese día crucé la puerta de la casa . Me acompañaban dos famosos periodistas de un conocido diario de tirada nacional con el fin de realizar un reportaje sobre los fantasmas para su magnífico dominical. Mientras recorríamos las estancias de la casa, les iba explicando algunas de las historias que se contaban de aquel sitio.

 

          Uno de ellos, G.C. reportero y fotógrafo profesional preparaba sus cámaras con gran maestría con el fin de obtener una foto en cuestión. Para ello, solicitó que su compañero y redactor M.A. B. se situase en la escalera donde se decía que aparecía el fantasma y que sin moverse, hiciera un barrido con su linterna. Mientras, él dispararía su máquina de fotografiar y dejaría que la luz entrase en la película durante unos segundos, con el fin de obtener una imagen estática de su compañero, pero un barrido de luz en la pared de la escalera.

 

          Yo planté mi pequeño trípode junto al fotógrafo, y con mi cámara digital, disparé una foto con las mismas condiciones que lo hacía él con el fin de recoger en situaciones similares muestras posiblemente interesantes para analizar.

 

          Tras realizar el disparo, la imagen de la “toma” había quedado en la pantalla LCD que tiene mi cámara. Cuando vimos la imagen, nos dimos cuenta de que justo delante y un poco más arriba del redactor, había una formación algo extraña. Sólo cuando llegamos a mi estudio y descargamos las fotografías digitales, nos percatamos de algo que a todos nos puso los pelos de punta. Lo que había en la imagen captada en la escalera parecía con toda claridad la imagen de un monje como abalanzándose sobre nuestro compañero de investigación.

 

 

El entorno de los fantasmas, su formación y su Universo

 

 

 

            En multitud de ocasiones, la labor de investigación de campo en lugares donde supuestamente y según testigos se hubiesen producido fenómenos de “infestación paranormal”, está en relación directa con la posibilidad de tener como compañeros a estos llamados fantasmas. Pero ... ¿qué es una fantasma? He escuchado multitud de definiciones, ya que la parapsicología tiene como especialidad y a veces demasiado prematura, denominar todo cuanto le compete de forma inmediata.

Pero personalmente tengo un concepto concreto de lo que podría ser un fantasma. Cuando tenemos la oportunidad de encontrarnos con una aparición  fantasmal, lo primero que debemos hacer es determinar el origen de la visión, de forma que pudiéramos distinguir si se trata de algo psíquico o bien algo físico. Dado que una aparición de este tipo tiene consecuencia física en el entorno que rodea al fantasma, debemos pensar que si hay dos o más observadores y de ellos sólo uno puede verlo y el otro, por más que se esfuerce no lo consigue, determinaremos que se trata de una manifestación psíquica o “visión”. Personalmente a este tipo de videncia no la denominaría “fantasma”.

Recibo muchas fotografías de investigadores y amigos que presentan trazos luminosos descendentes o ascendentes y en ocasiones muestran apariencias muy curiosas como “gusanos de luz”. Los fotógrafos y profesionales de la imagen, cuando ven este tipo de fotos, no saben realmente como pueden haberse formado y desconocen en gran medida la forma de poder hacerlas. Tampoco a este tipo de manifestaciones podría denominarlas “fantasmas”. A pesar de que presentan el entorno físico necesario para admitirlas como tal, ya que se plasman en nuestras fotografías,  tras multitud de pruebas pienso que carecen de otro tipo de característica necesaria, “inteligencia”. Además de que no se ven a simple vista y siempre necesitan de un aparato para registrarlas.

 

De igual manera, también otras fotografías  muestran enormes bolas de luz delante de personas o flotando en el aire. Después de haber tenido la posibilidad de trabajar con las cámaras digitales, me he dado cuenta de que la gran mayoría de estas bolas de luz,  son moscas, mosquitos o insectos voladores que pululan sin ser vistos pero que al imprimir la luz del flash sobre ellos, en un fondo nocturno o bien oscuro, aparecen como tal.

De esta manera, describir un fantasma es descartar lo que no puede ser, aportando a la definición algunas características que los hacen más concretos. Las figuras fantasmales suelen presentar inteligencia, de forma que en ocasiones pueden intercambiar palabras, miradas, sonrisas, llantos y demás expresiones con sus testigos. De igual manera, cuando se ve a un fantasma por más de un observador, la descripción efectuada por ambos es similar en rasgos y detalles, como suele ser el vestuario. Si esta descripción fuese diferente en forma notable, consideraríamos que ha ocurrido una experiencia de visión psíquica colectiva y por tanto descartamos la presencia fantasmal.

 

 

 

Por norma general,  las apariciones fantasmales siempre dan pie a los llamados fenómenos concomitantes con la fantasmogénesis. En la historia ha habido multitud de casos de avistamiento de este tipo de energías fantasma y tras ello, el lugar se ha convertido en “encantado” o bien como llamamos a esos sitios “ lugar infestado”. Habiendo estudiado muchos casos  sobre los fantasmas y su aparición llego a la conclusión de que lugares que nunca habían mostrado signos de “encantamiento”, los manifiestan cuando algún testigo avista un fantasma en dicho lugar. ¿Significa esto que un fantasma arrastra todo un universo de fenómenos paranormales? La respuesta es compleja. Probablemente no sea todo lo que se muestra, lo que parece y quizás nuestra mente sea una inquietante compañera en estos casos y pueda de forma indirecta ayudar en cualquier medida para la formación  de este tipo de fenómenos.

Como conclusión al mundo de los fantasmas podríamos decir que este tipo de energías inteligentes siempre presentan cuadros muy similares y que suelen aportar mucha información cuando se estudia. Por ello, si usted tiene alguna prueba de su existencia o quizás se pregunta si la fotografía que parece tan rara, podría ser algo... puede usted enviarnos la imagen o bien contarnos el caso, vía e-mail o bien visitando las páginas del SEIP ( Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas) http://www.elseip.com 

 

 

 

 

ANÁLISIS DE LA FOTOGRAFÍA DEL FANTASMA DE AGUAS

© Pedro Amorós

 

 

        Tras registrar y hacer una análisis previo de la imagen obtenida con nuestros equipos, decidimos  acudir al laboratorio de imagen digital que dispone el Grupo M&G Difusión situado en la población alicantina de Elche. Tras mostrar las fotografías obtenidas durante la sesión, aportar las pruebas necesarias para considerar que las imágenes no habían sido trucadas, y con los valiosos testimonios de los que fuimos testigos de su captación, el analista y experto en imagen digital Alfredo Lefler comenzó a realizar un estudio de la misma. Tras unos días recibimos el informe emitido por la empresa:

 

 

Tras haber analizado la superficie de la imagen que D. Pedro Amorós nos trajo para su estudio, exponemos algunos detalles en este informe.

 

Realizamos una ampliación del tamaño de la fotografía a su máxima resolución. Se extrajo un “histograma” de los colores que componían dicha imagen y comenzamos a seleccionar las áreas más significativas para poder aplicar algunas herramientas de tipo brillo, contraste y filtros especializados en clarificación de imagen.

Como conclusión y resultado  podemos decir que la imagen es original y no ha recibido ningún tipo de tratamiento digital u óptico. En lo que se refiere al motivo, justo delante de la persona que sostiene una linterna y que por saturación de luz, consecuencia de una exposición de cuatro segundos durante la toma de la fotografía, se encuentra una mancha definida y con rasgos acentuados que en ningún momento existían en el lugar de captura de dicha imagen.

 

Al aplicar determinados tipos de herramientas y clarificar un poco dichos matices en la mancha propiamente dicha, se distingue con bastante definición “un hombre con barba, sujetando a un niño en sus brazos”. Tras repasar nuestra colección fotográfica, la imagen del posible fantasma sugiere la idea de monje o un santo con un niño en sus brazos.

     

Análisis fotográfico firmado por:  Alfredo G. Lefler ( Experto en imagen digital )

 

 

 

Modificado el ( jueves, 14 de diciembre de 2006 )
 
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